La inteligencia cubana en Estados Unidos




La inteligencia cubana en Estados Unidos

Fuente:

http://miami.univision.com/noticias/article/2004-05-09/la-inteligencia-cubana-en-estados


Ni siquiera José Cohen y Enrique García, dos antiguos miembros de la inteligencia cubana, se ponen de acuerdo en cuanto a la cifra exacta. Cohen y García saben bien de qué hablan: el primero, un licenciado en matemáticas aplicadas a la criptología, trabajó en los Departamentos M-VI y M-1 del Ministerio del Interior de Cuba hasta su deserción en 1994. García, por su parte, actuó como espía de la Dirección General de la Inteligencia de la isla a lo largo y ancho de la geografía latinoamericana.

Según los estimados de estos ex oficiales, La Habana podría tener actualmente a entre 50 y 300 agentes de inteligencia desplegados en Estados Unidos.

Reconocidos durante una época, incluso por sus enemigos, entre los más efectivos del mundo, los cuerpos de inteligencia cubanos encajaron duros golpes estructurales y económicos tras la remoción de su liderazgo histórico después del narcoescándalo Ochoa-La Guardia en 1989 y la debacle económica que azotó la isla caribeña en la década de los noventa.

El presupuesto

Cohen estima que en la actualidad el Departamento M-1, encargado de dirigir toda la actividad de inteligencia contra Estados Unidos con un centenar de oficiales en su Cuartel General en las calles Línea y A, en La Habana, y en las embajadas cubanas en el extranjero, tendría un presupuesto anual de entre 8 y 10 millones de dólares.

"Quizás estos números puedan sorprender a alguien, pero realmente los oficiales de la inteligencia cubana, aun cuando cuentan con un nivel de vida superior al resto de la población de la isla, reciben muy bajos ingresos. Por ejemplo, a un oficial radicado en New York, le pagan todos los gastos, es decir, la renta del apartamento, el auto, etc, y recibe para sus gastos personales, incluyendo comida, no más de 350 dólares", aseguró Cohen en su informe " El servicio de Inteligencia castrista y la comunidad académica norteamericana", publicado en el 2002.

Algunos investigadores federales estadounidenses creen que la creciente escasez de fondos de Cuba, unido a la estrecha vigilancia del contraespionaje del FBI, ayudaron a desarticular varios operativos de inteligencia cubanos en suelo estadounidense después del fin de la Guerra Fría.

El golpe mayor contra La Habana, o al menos el más visible, fue la detección, el arresto y encausamiento de 10 de los 16 miembros de la llamada Red Avispa en septiembre 1998, que tenían como cometido espiar agencias oficiales norteamericanas, infiltrar el Comando Sur y manipular a los grupos anticastristas en el sur de la Florida.

Según el historiador, ex diplomático y escritor cubano Juan Benemelis, "la Red Avispa recibía sostén financiero de Cuba y trabajaba directamente para la dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior, aunque a todas luces era una operación compartida con la inteligencia militar de las Fuerzas Armadas cubanas".
Contando cada centavo

Los espías cubanos, cuyas conversaciones eran monitoreadas por el FBI desde 1995, estaban sujetos a fuertes restricciones económicas y cometieron algunos errores inexplicables a los ojos de la contrainteligencia estadounidense. Todos rentaban departamentos baratos, conducían autos usados, realizaban sus reuniones secretas en Burger King y Pollo Tropical y reportaban a La Habana cada centavo gastado.

De acuerdo con testimonios y documentos presentados en el juicio, uno de los agentes cubanos que operaba en Key West pidió a sus superiores en La Habana permiso para mudarse con una novia con el argumento de que reduciría los gastos. Otro cometió un error garrafal: perdió su localizador personal cuando se lanzó a nadar en una piscina.

Infiltración

No obstante, los espías castristas asestaron duros golpes al exilio en Miami, según revela Benemelis en su libro "Las Guerras secretas de Fidel Castro". Entre estos se cuentan: informaron a Cuba del cáncer terminal de Jorge Mas Canosa, el líder de la Fundación Nacional Cubano Americana, en 1997, y crearon divisiones al interior de ese grupo para tratar impedir el ascenso de su hijo Jorge Mas Santos.

Además, lograron penetrar el Movimiento Democracia y el grupo Hermanos al Rescate (con dos agentes, Juan Pablo Roque y René González), dos de cuyas avionetas fueron derribadas sobre aguas internacionales el 24 de febrero de 1996 ocasionando la muerte a sus cuatro tripulantes.

En el otoño del 2001, apenas 10 días después de los atentados terroristas contra el Pentágono y las Torres Gemelas de New York, la inteligencia cubana sufrió lo que podría ser el más costoso daño en sus operaciones en Estados Unidos con el arresto de Ana Belén Montes, la principal analista sobre Cuba en la Agencia de Inteligencia para la Defensa. Montes, de 44 años y nacida en Puerto Rico, había estado espiando durante 16 años para el Gobierno de La Habana.

"Todo parece indicar que Montes causó enorme daño, pues conocía la identidad de agentes secretos norteamericanos en Cuba. Aún no se ha hecho un balance de los daños a la seguridad nacional que su actividad pueda haber causado, ya que tenía acceso a la sinopsis diaria de inteligencia norteamericana sobre todos los países del planeta", asegura Benemelis, a quien una fuente oficial estadounidense le aseguró que "ella conocía virtualmente todo lo que la comunidad de inteligencia sabía del ejército cubano y de seguro les hizo saber (a sus jefes en La Habana) cuáles eran los planes militares de contingencia en caso de una invasión a Cuba".

Capacidad de recuperación 

Algunos expertos en cuestiones de inteligencia consideran, sin embargo, que las autoridades cubanas se han recuperado rápidamente de golpes como la detención de Montes y la desarticulación de la Red Avispa. Héctor Pesquera, el agente especial del FBI en Miami que estuvo a cargo de las operaciones contra los 16 espías destacados en el sur de la Florida, sostiene que aún continúan operando otros agentes cubanos en el país.

"Ellos (los cubanos) constituyen uno de los servicios de inteligencia más audaces que existen. Cometieron algunos errores y pudieron capitalizarlos, pero todavía son muy buenos. Están muy determinados y trabajan sus oportunidades. Saben que no podemos cubrir todas las cosas", le dijo al The New York Times a principios del 2003.

Vínculos útiles
 
Para el ex oficial del Ministerio del Interior José Cohen, el régimen de Fidel Castro se ha estado enfocando disciplinadamente a la explotación de los denominados "vínculos útiles" dentro de Estados Unidos, individuos que, en muchos casos sin saberlo, son usados "a ciegas" de acuerdo a los intereses de la inteligencia cubana. En esa categoría entrarían profesores, periodistas, congresistas, diplomáticos, estudiantes y religiosos, entre otros. 

"Son personas importantes, y las condiciones en que se desarrolla el trabajo evitan que puedan ser neutralizados por el FBI, según las leyes de Estados Unidos. Es decir, esas personas mantienen una relación abierta y pública con funcionarios y oficiales cubanos, visitan la Sección de Intereses (en Washington) y se entrevistas con oficiales de Inteligencia. Lo mismo salen a comer a un restaurante que viajan a Cuba con la autorización del gobierno de Estados Unidos, sin que se puedan conocer los detalles de sus visitas", señaló Cohen.

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